Teresa Cavero

PERFIL DE LA ENTREVISTADA

  • Lugar y fecha de nacimiento: Madrid, 11 enero 1969
  • Cargo e institución de trabajo: Coordinadora de Investigaciones, Oxfam Intermón
  • Especialidades en estudios del desarrollo: Desigualdad, pobreza, desarrollo internacional, políticas agrarias (inversión, tierras, OGMs), comercio agrario internacional
  • Una obra de los estudios del desarrollo que recomendarías: The Haves and the Haves Not, Branco Milanovic

 

ENTREVISTA

Teresa, como coordinadora de investigaciones en Oxfam Intermón (OI), ¿Cuál crees que es el valor añadido que aportan las organizaciones no gubernamentales a la elaboración de los estudios del desarrollo?

Las ONGs que trabajamos en programas de desarrollo que integran el análisis político y la voluntad de modificar las relaciones de poder para que se adopten políticas que mejoren la vida de las personas, aportamos valor añadido a los estudios de desarrollo en dos niveles:

  1. La conexión directa con las personas que son sujeto del desarrollo. Es decir, el contacto con la realidad de miles de personas, comunidades, organizaciones, en más de 90 países, que luchan para lograr una vida digna y que tropiezan con las dificultades económicas, políticas y sociales de sus entornos. Son estas personas las protagonistas del desarrollo que analizan los estudios de desarrollo, por eso es importante ponerlas en el centro del análisis.
  2. Aportamos la posibilidad de que los resultados de los estudios del desarrollo tengan un impacto real en las políticas (mediante la incidencia política y las campañas) y en los valores y creencias de las personas (mediante el trabajo de sensibilización de campañas). Es decir, ofrecemos ser el altavoz que sirva de amplificador hacia gobiernos, empresas y ciudadanía en general de los resultados de los estudios del desarrollo.

¿Cómo ves los estudios de desarrollo en España y qué desafíos deberían afrontar?

Los estudios de desarrollo en España, como la política de cooperación al desarrollo, han experimentado un importante recorrido en los últimos 20 años. Pero esos 20 años son un periodo relativamente corto si nos comparamos con la experiencia de otros países como Francia, el Reino Unido o los Estados Unidos. Por lo tanto, es de esperar que se siga avanzando y mejorando tanto en su cantidad como en su calidad.

Al igual que ocurre con la política de cooperación, cada vez más se hace patente de ampliar el foco de los estudios de desarrollo hacia sectores, regiones y épocas distintas de las identificadas tradicionalmente con los estudios de desarrollo. Manejar la coherencia de políticas, el análisis de cómo distintas políticas públicas (y acciones privadas) impactan en la capacidad de las personas de mejorar sus condiciones de vida, es urgente.

Vuestras últimas investigaciones sobre desigualdad están teniendo una fuerte repercusión, ¿por qué desde OI defendéis hablar de desigualdad, y no sólo de pobreza?

La misión de Oxfam Intermón (y de Oxfam como confederación) es luchar contra la pobreza y las injusticias, y por garantizar que todas las personas tengan una vida digna. Se ha avanzado mucho en la reducción de la pobreza en las últimas décadas. Sin embargo, el aumento de la desigualdad durante ese mismo periodo, y sobre todo el aumento de la desigualdad extrema en los últimos años –que se ha disparado con la crisis financiera internacional- , supone un freno al avance en la lucha contra la pobreza.

Hoy en día, 80 personas en el mundo tienen tanta riqueza como la que comparte la mitad más pobre de la población mundial (3.500 millones de personas). O visto de otra manera, la mitad de la riqueza mundial está en manos de tan solo el 1% de la población. Esta desigualdad no es casual, sino producto de determinadas políticas que se han adoptado desde los años 80, que favorecen sistemáticamente los intereses de esa minoría acaudalada.

Con estos niveles de desigualdad, es muy difícil que los gobiernos atiendan las necesidades e intereses de las personas que viven en la pobreza (e incluso los de la ciudadanía en general), pues la presión de quienes tienen el poder económico es enorme. Por eso es necesario poner freno al aumento de la desigualdad para poder seguir avanzando en la lucha contra la pobreza.

Una línea de investigación sobresaliente de tu organización es la fiscalidad, ¿por qué es importante y qué relación guarda con la desigualdad y la pobreza?

La fiscalidad –que contempla tanto la recaudación como la inversión o el gasto público-, es la política más potente para combatir la desigualdad y la pobreza.

Por el lado de la recaudación, la definición de quién paga cuántos impuestos y por qué concepto incide directamente en los niveles de desigualdad (y de justicia) en la sociedad. Para que un sistema fiscal sea justo, ha de conseguir que cada uno de los actores (personas y empresas) contribuya de manera más que proporcional en función de su riqueza real. Además, es necesario garantizar que la recaudación es sostenible y suficiente para garantizar la financiación de las políticas públicas.

Y por el lado del gasto o la inversión pública, es necesario que éste sea suficiente y sostenible para garantizar la igualdad de oportunidades a todas las personas. Es decir, que el nivel de renta del hogar en el que se nace no sea determinante de las posibilidades de desarrollo personal, económico y social de la persona. Para ello, son necesarias políticas de educación y salud universales, gratuitas y de calidad, junto con sistemas de protección social que garanticen un nivel de ingresos mínimos a todas las personas.

 Es decir, el diseño, orientación y dotación de la política fiscal (ingresos y gastos), están en el corazón del contrato social y del modelo de sociedad al que se aspira. Y los estudios muestran que las sociedades más equitativas son más estables social, política y económicamente, y además, más felices.