Aprovechando la celebración del III Congreso Internacional de Estudios del Desarrollo el pasado mes de junio en Zaragoza, Guillermo Otano, sociólogo y socio de REEDES, realizó una encuesta entre los congresistas acerca de las referencias literarias más valoradas dentro del ámbito de los Estudios del Desarrollo.

El objetivo de la iniciativa era identificar el terreno en común de los estudios sobre desarrollo, una área de conocimiento en construcción, unida por la diversidad de interpretaciones que pueden darse a ese polémico y polisémico concepto: el «desarrollo».

El bajo índice de participación y la excesiva dispersión de la muestra recogida no permiten hacer afirmaciones concluyentes. Pero sí nos da un reflejo de las dificultades existentes para delimitar un corpus literario propio de los estudios sobre desarrollo, así como de los rasgos que caracterizan la Red Española de Estudios sobre Desarrollo.

En relación con esto último, lo primero que llama la atención es la vocación crítica de las lecturas más destacadas por los miembros de REEDES. Los cuatro primeros libros de la clasificación son máximos exponentes de las principales corrientes de crítica de la economía del desarrollo convencional.

A la cabeza, con seis menciones, uno de los pioneros del paradigma del desarrollo humano, Amartya Sen y su Development as Freedom. Se trata probablemente de la obra más citada en la literatura sobre desarrollo de las últimas dos décadas; aunque, como señalaron algunas de las personas entrevistadas, no es ni de lejos la contribución más importante de éste economista, que fue galardonado con el Premio Nobel en 1998 por sus estudios sobre la economía del bienestar y sus análisis sobre las hambrunas.

Siguiéndole de cerca, en segunda posición, hay un empate técnico entre otras tres obras de marcado carácter heterodoxo. La primera de ellas es el libro de Daron Acemoglu y James A. Robinson, traducido recientemente al castellano (Por qué fracasan los países, 2014); un superventas a medio caballo entre la economía política y el análisis institucional que ofrece buenas razones para señalar a las «élites extractivas» como una de las principales rémoras para el progreso social.

La segunda obra de este bloque, puede considerarse un clásico contemporáneo del desarrollo, o, mejor dicho, del posdesarrollo, donde se la puede ubicar con facilidad. Se trata del polémico y brillante libro del antropólogo colombiano, Arturo Escobar, titulado La invención del Tercer Mundo. La corriente posdesarrollista ha sido una de las más controvertidas de los últimos tiempos por la virulencia de sus ataques a los ideales de emancipación modernos y por la tendencia a quedarse en el análisis discursivo de las políticas públicas sin pretender ir más allá. Denostada por unos y glorificada por otros, de lo que no cabe duda es que obras como las de Escobar nos obligan a hacer una reflexión continua sobre las categorías y los conceptos con los que analizamos la realidad social.

Cerrando este bloque, con dos menciones, nos encontramos con la Conciencia del Subdesarrollo, de José Luis Sampedro; sin lugar a dudas, un clásico de los estudios sobre desarrollo en castellano. Con este libro Sampedro introdujo a los lectores hispanohablantes en la disputa que durante décadas mantuvieron los partidarios de la modernización al estilo occidental y los defensores de la Escuela de la Dependencia, entre los cuales podría contarse al propio Sampedro, para quienes el «subdesarrollo» no era una fase más hacia el desarrollo, sino «la consecuencia del desarrollo ajeno». A pesar de haber pasado más de cuarenta años de su publicación, algunas de sus enseñanzas siguen todavía hoy vigentes.

Por otra parte, que de estos cinco autores sólo uno sea anglosajón, el británico James A. Robinson, puede considerarse un avance. Encontrar autores de la India, Colombia, Turquía o España entre los primeros puestos es una buena noticia, pues deja constancia de que el occidentalismo que una vez caracterizó los estudios sobre desarrollo va poco a poco diluyéndose. No obstante, queda camino por recorrer en esta dirección si tenemos en cuenta que casi todos estos autores han cursado su educación superior en universidades occidentales y que 20 de las 26 obras citadas se escribieron originalmente en inglés.

Otro hecho destacable es el carácter multidisciplinar de las obras recogidas en la muestra. La economía sigue teniendo un peso notable, pero en la lista también pueden encontrarse ilustres sociólogos (P. Berger; Bordieu), filósofos (D. Goulet; A. Gramsci), antropólogos (A. Escobar; M. Jackson; M. Cowen y R. W. Shenton), periodistas (A. Armada), cooperantes (G. Sánchez-Terán) y expertos en relaciones internacionales (B. Hettne; G. Rist; I. Ruíz-Giménez).

Lamentablemente, sólo hay dos mujeres entre los autores citados, y una de ellas, Francis Stewart, fue la invitada de honor del III Congreso. Se trata de una ausencia a tener en cuenta que debería obligarnos a repensar las bibliografías que empleamos en la docencia de los estudios sobre desarrollo.

A modo de conclusión, podría decirse que esta diversidad de disciplinas y perspectivas teóricas, lejos de ser una debilidad, es una fortaleza, si tenemos en cuenta la vocación aplicada e interdisciplinar con la que nacieron los estudios sobre desarrollo. Sólo falta que esa realidad termine siendo reconocida por el sistema universitario español y culmine con la institucionalización de los estudios sobre desarrollo como área de conocimiento propia. Sin ese paso las trabas para consolidar y atraer el talento hacia este ámbito tan necesario como apasionante, seguirán siendo demasiadas.

Puede consultar aquí la lista completa:

Principales referencias literarias